Debemos de educar con vistas al futuro, acompañando a nuestros hijos e hijas para que vayan desarrollando capacidades que les permitan reconocer y superar las dificultades nuevas.
México / 21 enero 2021
Los hábitos alimentarios sanos, dormir bien, la higiene y el orden favorecen nuestra salud. Después de la experiencia del confinamiento debemos recuperar las costumbres que ya funcionaban en nuestra familia y mejorar otras que hemos construido durante este tiempo.
Hemos de modificar aquello que hemos construido durante este tiempo de supervivencia para recuperar y emprender nuevos hábitos.
La etapa de la pubertad, entre los 6 y los 12 años, es un periodo sensible a los hábitos y hemos de aprovechar para fijar algunos comportamientos. Además es buen momento para hacerles ver el impacto que tienen sus decisiones y sus actos en los demás.
Es lo que hemos venido trabajando antes del confinamiento, y es lo que debemos retomar en estos momentos que estamos viviendo. No quiere decir que “durante” no lo hayamos hecho, pero sí que es verdad que hemos tenido que adaptar una serie de formas de actuar y de hacer que no lo hubiésemos hecho si no hubiera sido por las circunstancias.
Hábitos imprescindibles para inculcar a nuestros hijos:
– El orden, en cualquiera de sus manifestaciones.
– Superar pequeñas incomodidades: dejar sus cosas en la habitación al llegar a casa, esperar el turno para hablar, ofrecerse a ayudar antes de ponerse a jugar, etc…
– Desprenderse de los juguetes que no utiliza y compartir los que le gustan con los hermanos y amigos.
– Cumplir con los criterios establecidos para el uso de pantallas y videojuegos.
– Ayudar en casa para el beneficio de todos: poner la mesa, sacar o meter los platos del lavavajillas, ordenar el salón cuando nos levantamos, etc.…
– Decir la verdad siempre, aunque cueste.
A nuestros hijos les debemos exigir, pero siempre hay que hacerlo con mucho cariño. Todos necesitamos que tiren de nosotros poco a poco hacia arriba porque es la manera de crecer y madurar. La exigencia permite sacar el máximo de cada uno de nuestros hijos e hijas porque así les transmitimos seguridad y confianza. Es la mejor manera de prepararles para superar las dificultades, sobre todo porque evitamos los caprichos.
Debemos de educar con vistas al futuro, acompañando a nuestros hijos e hijas para que vayan desarrollando capacidades que les permitan reconocer y superar las dificultades nuevas. No podemos pensar que siempre van a ser pequeños y van a estar con nosotros.
En esta etapa es donde deben adquirir las herramientas que luego les permitirá ser dueños de ellos mismos y actuar como quieren hacerlo y no como la corriente les lleve. Es en casa, con su familia, es donde deben presenciar y adquirir su modo de vida para que la puedan exportar allí donde vayan. Serán capaces de distinguir lo que es bueno y malo. Esto que parece tan lejano y parece que no va a llegar en mucho tiempo está aquí a la vuelta de la esquina. La vida nos va dando oportunidades como la que hemos vivido para pararnos a pensar. De nosotros dependerá aprovecharlas o no. Es un buen momento para trabajar con nuestros hijos la adquisición de los hábitos.
Experta en Educación / España
Fuente: www.compartirenfamilia.com