Es un error realizar regalos a los más pequeños por haber sacado buenas notas. Los niños van a comprender progresivamente que el proceso de aprender forma parte de sus responsabilidades.
México / 8 diciembre 2020
Es costumbre en muchas familias hacer un regalo de fin de curso a los hijos siempre que hayan sacado buenas notas. Sin embargo, los psicólogos y expertos en educación afirman que no hay que hacer un regalo a los niños, sino mostrarles nuestro reconocimiento y orgullo por su esfuerzo, independientemente del resultado.
«Algunos padres piensan que de la misma forma que ellos reciben una compensación económica por realizar su trabajo, es justo que los niños reciban una recompensa por haber sacado buenas notas”, señala Ana Herrero, psicóloga y coordinadora del departamento de Orientación del grupo Brains International Schools. “Sin embargo, es un error realizar regalos a los más pequeños por haber sacado buenas notas. Los niños van a comprender progresivamente que el proceso de aprender forma parte de sus responsabilidades. Nuestro papel es reconocerlo y valorarlo, porque sabemos que es bueno para ellos. Debemos recordar que como padres cualquier acto que realicemos trasmite valores a los más pequeños”, enfatiza la psicóloga.
Por eso, hacerles un regalo de premio por las buenas notas al final de curso podría ser algo malo en lugar de positivo:
1. No orienta hacia la excelencia: los niños deben comprender que sacar buenas notas es bueno para ellos y para su futuro, además de que estudiar y esforzarse les ayuda a ser más responsables, superar dificultades, desarrollar sus capacidades y entender el mundo que les rodea. Y deben hacerlo dando lo mejor de sí mismos y buscando la excelencia por su propio beneficio, no por conseguir un premio al final.
2. Otorga una visión materialista del mundo: la mayoría de los niños tiene más juguetes de los que necesita o usan. De hecho, muchos regalos acaban quedándose en su caja sin apenas ser usados. Las recompensas en forma de juguetes o dinero hacen que los niños se vuelvan más materialistas y no valoren lo que tienen. Además, ligan la satisfacción y el reconocimiento a las recompensas materiales.
3. Puede generar frustración: si el niño no consigue el objetivo marcado para alcanzar su regalo, puede frustrarse por no haber obtenido la recompensa, pero no será consciente del problema real ni será capaz de buscar soluciones para que no vuelva a pasar.
4. No enseña al niño lo que es verdaderamente importante: el niño, en lugar de entender que la máxima recompensa de estudiar y sacar buenas notas es aprender y formarse para tener más conocimiento, piensa que el único objetivo es conseguir regalos.
5. No enseña responsabilidad: estudiar es el ‘trabajo’ y la obligación de los más pequeños, que nunca conseguirán ser responsables si no aprenden que deben cumplir con las tareas que les corresponden en cada momento.
En definitiva, no debes prometerle a tu hijo que le harás un regalo a final de curso si saca buenas notas, pero sí debes reconocer su trabajo y su esfuerzo, aunque no haya conseguido sacar las mejores notas. Para ello, además de darle un abrazo y un beso y decirle que estás orgulloso de todo lo que ha trabajado, puedes permitirle hacer algo que le apetezca mucho, como ir al cine, al parque de atracciones o jugar un rato más con la consola, pero no le compres nada ni le des dinero.
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